Filosofía 2.0 (Una definición para la generación Google)
La filosofía consiste en pensar por uno mismo, en no creérselo todo sin más.
Se trata de ese divertido mecanismo que consiste en dar una oportunidad a lo absurdo, en hacer preguntas incómodas, en buscar las razones que no tenemos para explicar lo que hacemos.
La filosofía comienza desafiando a la rutina, nadando contra corriente el río del mundo y aceptando que la única alternativa es buscar alternativas.
Se trata de una actitud constante de rebelión contra todo lo establecido, aunque sin caer en el error de creer que se anda en lo cierto, de un amor casi patológico por salirse de las convenciones. Nada es tan cierto para la filosofía como que no hay nada cierto.
La filosofía es un juego que se va inventando a medida que se juega, y donde la única regla válida es que las demás reglas duran apenas dos o tres jugadas, hasta que el próximo jugador-filósofo tenga la bienvenida ocurrencia de innovar.
Hacer filosofía es hacer equilibrio entre los distintos bandos de no-filósofos que creen en sus verdades parciales. Hay que aprender a odiar la mediocridad, todos los tipos de estupidez, casi todo lo que la gente hace o dice.
El que juega la vida en el equipo de la filosofía se salta los días pares de lo cotidiano y cae directamente en las casillas-premio de los días en los que todo son desafíos y nuevos modos de pensar.
El que hace filosofía lo pierde todo menos la propia filosofía, y con eso tiene bastante.
Se trata de ese divertido mecanismo que consiste en dar una oportunidad a lo absurdo, en hacer preguntas incómodas, en buscar las razones que no tenemos para explicar lo que hacemos.
La filosofía comienza desafiando a la rutina, nadando contra corriente el río del mundo y aceptando que la única alternativa es buscar alternativas.
Se trata de una actitud constante de rebelión contra todo lo establecido, aunque sin caer en el error de creer que se anda en lo cierto, de un amor casi patológico por salirse de las convenciones. Nada es tan cierto para la filosofía como que no hay nada cierto.
La filosofía es un juego que se va inventando a medida que se juega, y donde la única regla válida es que las demás reglas duran apenas dos o tres jugadas, hasta que el próximo jugador-filósofo tenga la bienvenida ocurrencia de innovar.
Hacer filosofía es hacer equilibrio entre los distintos bandos de no-filósofos que creen en sus verdades parciales. Hay que aprender a odiar la mediocridad, todos los tipos de estupidez, casi todo lo que la gente hace o dice.
El que juega la vida en el equipo de la filosofía se salta los días pares de lo cotidiano y cae directamente en las casillas-premio de los días en los que todo son desafíos y nuevos modos de pensar.
El que hace filosofía lo pierde todo menos la propia filosofía, y con eso tiene bastante.