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jueves, 22 de marzo de 2007

Germany 2007: Kissing not allowed

Alemania por tangos, así es como yo la veo. Tan distinta, tan igual en el fondo. Tan lejos, tan cerca. Las ciudades y pueblos que aparecen son, por orden, Berlín, Lüneburg, Hamburg y Lübeck. Las personas que salen son mis amigos Yvonne y David. Los sentimientos están más o menos ocultos pero son más o menos los que siguen: una cierta sensación de euforia de explorador, un ansia occidental por coleccionar las mejores fotos, una leve tristeza y sensación de pérdida, la alegría de ganar nuevos amigos, un no saber qué labios evitar, unas ganas inexplicables de volver para contar, ciertas reflexiones filosóficas acerca de otras culturas y miles de preguntas sobre cómo vivir definitivamente feliz.

viernes, 16 de marzo de 2007

Instrucciones para levantarse de cinco a seis

En primer lugar, reconocer la gran dificultad de nuestro propósito. No tanto por la pereza de abrir los ojos y comenzar el esfuerzo cotidiano, sino porque la esperanza es algo que se pierde del todo cualquier mañana, sin previo aviso.
Para levantarse de cinco a seis es necesario saber qué se va a hacer exactamente a esa maldita hora en la que la realidad del mundo fuera-de-la-cama se presenta como tan dolorosamente evidente. Nada parece tener más sentido que estar quieto, que hacerse un poco el loco frente al reloj. Pero sabemos que no puede ser. Hay que levantarse si queremos dominar el resto del día. La consigna es clara y no hay tiempo que perder. Veamos.
El primer pensamiento ha de ser obsceno, dando rienda suelta a las perversiones. No estaría de más tocarse groseramente, fantaseando con que ese va a ser un día lleno de orgasmos y de mujeres caídas. Con esto, y aún sabiendo que nada de lo soñado va a ocurrir, conseguimos creer por un momento que la vida vale la pena.
Cuando la fase animal se pasa ligeramente hay que pensar intensamente en los proyectos incumplidos, en los papeles por llenar, en las mesas por ordenar y en las palabras que todavía no hemos encontrado. Luego se visualizan mentalmente docenas de libros y se los clasifica en silencio, a ser posible por orden alfabético de autor. Eso siempre y cuando uno se haya levantado para escribir. Si lo que persigue uno a hora tan intempestiva es ordenar la caja de herramientas hay que cambiar los libros por tenazas y destornilladores y procurar no pillarse los dedos.
En cualquier caso, lo que siempre ayuda es pensar que lo bueno está por llegar. Para tener fe en semejante aberración lo más apropiado es dividir por dos la edad que tenemos y por cuatro el número de proyectos que tenemos pendientes, lo cual aumenta la esperanza de vida en varios minutos.
Finalmente, ya con el café en la mano, diríjase hacia el destino matutino con la ilusión de que ese día va a marcar las diferencias y, sobre todo, a estas alturas, evite acordarse de la infancia, ya tan inalcanzable.

jueves, 15 de marzo de 2007

Berlin, Hamburg, Lüneburg


Para los que no habéis estado, que sepáis que en Alemania la gente dice "danke" en lugar de "gracias" y "entschuldigung" en lugar de "perdón". Hay muchos edificios modernos, muchas ganas de ser ricos, mucho gótico tardío y huellas de protestantismo por todas partes. Eso se nota, por ejemplo, en los sexshops que te encuentras por la calle, sin tener que buscarlos, quiero decir. O en las mamás que ves corriendo por los parques con los carritos de sus bebés. Aquí la familia no es un obstáculo para nada, la carrera por el éxito sigue y la empresa es la religión de moda. Las calles están oscuras por la noche y la comida típica de Berlín es el sushi, el kebab o el Burger King. Más o menos como en todas las grandes ciudades, que son tierra de nadie y donde el metro es un sálvese quien pueda.
Para los que ya habéis estado, sabréis que esto está muy bien, que Berlín es muy underground, que Hamburgo es burguesa y elegante y que Lüneburg es como un pueblo de cuento de hadas lleno de turistas y de gente que atiende a los turistas.
Pero vamos, que Berlin no cura de nada, que en Hamburgo la gente se muere por encontrar un amigo de verdad y que en Lüneburg hay personas como en todas partes que se conectan a Internet en cuanto llegan a casa, y que sueñan con cambiar sus vidas.
Se me ocurre, viendo el puerto de Hamburgo, que la vida son palabras y el amor es una gran metáfora.
Damen und Herren: Viajar es quedarse.
Besos desde lejos.

domingo, 4 de marzo de 2007