Secciones del Blog

domingo, 23 de septiembre de 2007

Milton, viajero intratable

Milton sabe que vivir es una búsqueda desesperada, un intento patético y contrareloj de encontrar no se sabe qué. Viajero intratable e incondicional de sí mismo, lúcido lector de otras vidas ejemplares, vive con esta prisa sana del que busca, porque Milton sabe que querer libera, que sólo con metas claras y propias la vida vale la pena.
De la experiencia ha aprendido a renunciar a la comunicación, al trato, al acuerdo, a esa pérdida de tiempo que los otros llaman diálogo. Porque Milton sabe que la única manera de vivir es seguir, que quedarse es empezar a morirse, y que el único ritmo soportable es el de uno mismo. Seguir y seguir solo. Esa es la única manera digna e intensa de estar vivo. Porque detenerse es siempre una espera, una triste ocasión para que la vista se nuble, para que se pierdan los mapas y el sentido de la orientación. Si te quedas quieto, el suelo se curva bajo tus pies y todo se convierte en hielo donde resbalar.
Para todo destino, pese a todo compañero, seguir es la única respuesta a todas las preguntas de Milton. Seguir y no quedarse a esperar. Nunca quedarse a esperar. Porque en cada parada la vida se acorta insoportablemente, con cada convivir, con cada intercambio sin sentido de palabras, con cada vez que se alcanza el maldito término medio. Nada de eso vale para Milton, viajero hiperbóreo y solitario, que cree en sí mismo y cree honestamente que sólo andando, y andando solo, se deja atrás la flaqueza del querer formar parte.
Todo eso cree Milton y cree bien. Y no sabe entonces qué hacer con su gente.









Canción: (Salitre, de Quique González)

miércoles, 19 de septiembre de 2007

Aforismos filosóficos ilustrados

A ver qué os parece esta colección de aforismos filosóficos para aprender a ver las cosas del otro lado. Ilustrados con imágenes que ayudan a pensar.

lunes, 10 de septiembre de 2007

Propósitos de principio de curso

Vale, este año sí, este año sí que empiezo fuerte de verdad, me voy a tomar en serio a mí mismo y voy a tener tiempo para todo, porque es cuestión de organizarse, de tenerlo por escrito, de decidir que voy a estudiar más, unos cincuenta libros tirando por lo bajo, contando los días de baja, los días en que no hay más luz que la del día, para leer hasta caer dormido, libros de historia, de cine, de música, de filosofía, claro, para la tesis, para tener cultura, porque hay que leer, hay que hacer mucho más deporte, mínimo cinco días a la semana y un poco de todo, jogging, pesas, tai chi, natación -lo mejor para la espalda-, kung fu -un toque exótico-, baloncesto y padel con los amiguetes, todo lo que haga falta, vamos, que luego llega el verano y vas a la playa y te das cuenta de que no se puede perder el tiempo, no sé, porque hay gente que dices, qué hacen estos, sin aprovechar su tiempo y les ves solos, desnudos, perdidos, demasiado flacos, demasiado gordos, demasiado incultos, sin saber qué decir, sin saber qué hacer con una guitarra en las manos, sin blog propio, sin cine propio, porque eso sí, hay que hacer cortos, dos o tres al año como poco, al menos una obra maestra, dos si colaboran los demás y se dan cuenta, como yo, de que hay que aprovechar el año, disponer del tiempo disponible, claro que, si no, yo se lo recordaré, a todos, en inglés si me entienden, porque también inglés y alemán, imprescindibles los idiomas, que no? dos horas a la semana para cada uno, ejercicios de gramática, listening, pelis en V.O, conversation with natives if possible, y sin olvidar el tiempo para la guitarra, mi obsesión, dos horas al día, tres el finde, porque he de tocar como Ray Vaughan para el próximo curso y bueno, dedicarles tiempo a los amigos, que todo es tiempo dedicado al fin y al cabo, como el amor, como escribir, para encontrar otra vez mi chica, para encontrar otra vez mi estilo, para que te digan, ey, qué bien que aprovechas tú tu tiempo, que se nota que tú sí sabes qué hacer, sí sabes qué decir, que te tomas en serio a ti mismo y tus propósitos de principio de curso.

jueves, 6 de septiembre de 2007

M a l l o r c a


Cuando los primeros pueblos llegaron a Mallorca, allá por la época de los celtíberos, los fenicios o qué sé yo, lamentaron no haber inventado ya la cámara fotográfica. Porque Mallorca no es una isla para vivir, ni para conquistar, ni para convertirla en capital de nada, ni para discutir acerca de quién y para qué es la isla. Cualquier cosa que no sea mirarla y quedársela en la memoria será una manera más de desaprovecharla.
En Mallorca conviven edificios renacentistas, iglesias góticas, playas y calas inexplicables, pueblos históricos con casitas de piedra, persianas verdes y palmeras en el jardín, millones de turistas desorientados y antiguos pobladores que tienen la suerte de ser de allí.
Cualquier persona de buen gusto puede pasar allí una semana más que perfecta, empezando y terminando cada día en paisajes distintos que nos hacen dudar de si de verdad Mallorca apareció por azar en medio del Mediterraneo. Demasiado bien diseñada. Demasiado fotografiable.