(Esto es para los que se sentaron más allá de la tercera fila y no oían nada....)
Hola. La verdad es que con este micro tan moderno me entran ganas de presentar los premios MTV. Y de liarme con Britney Spears, claro.
Bueno, antes que nada me gustaría agradecer a todos los alumnos la confianza y el honor que supone la oportunidad de hablaros por última vez. Además en este día tan especial para vosotros en que, veo que alguien se ha peinado un poquito demasiado... En fin, que os hacéis tan mayores como exagerados, ¿eh? Esto al final parece la entrega de los óscars, pero bueno.
Voy a aprovechar esta oportunidad, como iba diciendo, para hablaros claro. De hecho, esta es la lección que estábais esperando, la clase que todo el mundo querría tener. En el fondo será como una clase más, aunque en esta ocasión, y para variar, sólo hablaré yo. A ver si hoy nadie me interrumpe con eso de “ha tocado ya, ha tocado ya...”
Se me ocurre empezar diciendo algo tan grandilocuente como que la vida no es un camino hecho, no es algo trazado ya, sino que es una oportunidad, para hacer de ella lo que queráis. La vida es como una caja vacía. Pero no en el mal sentido, como si al abrirla no hubiera nada dentro. Al revés, hay que verlo en el buen sentido, en cuanto que nos cabe dentro todo lo que nosotros queramos poner. Y también dejar fuera lo que no, claro.
Por ejemplo, este año, habéis decidido meter en vuestra vida muchas horas de estudio y habéis dejado fuera toda la diversión. No habeis salido los fines de semana, ni en Magdalena, ni nada.. Yo habría querido que estudiárais un poquito menos, pero bueno...ya está hecho. Eso os pasa por hacer caso a vuestros padres, a quienes aprovecho para saludar...¿Qué tal? ¿Todo bien? Pues ya veis, aquí es donde estudian vuestros hijos y donde pasan tantas horas. Aquí están sus clases favoritas, la cantina está allí al fondo, y las demás clases...bueno, es igual.
Porque, como iba diciendo, esas horas de estudio luego se notan ¿eh? En clase, por ejemplo, ese interés por la asignatura, y ese compañerismo. Porque otra cosa no, pero buenos compañeros... sí que lo sois. Por ejemplo, cuando preguntas en clase quién ha hecho la redacción que mandé: nadie levanta la mano. ¿Por qué? No porque no la hayan hecho, sino por no dejar mal al compañero que, por lo que sea, no ha podido hacerla. Eso es compañerismo. O en los exámenes, cuando nadie quiere pasar del 5.5 para no dejar en evidencia a los demás...
O cuando le decís al profesor: pasa lista, pasa lista, que hoy han faltado muchos...
Veo que estáis con muchas ganas de salir del instituto y de empezar una nueva etapa. Esto, de alguna manera, es como el que sale de la cárcel, que se promete a sí mismo que nunca más le vuelven a pescar. Eso es fácil, la verdad, porque en la universidad si no quieres no te pescan. No hay más que ir al bar de la facultad. Digamos que hay demasiada gente... Entras en el bar y hay que hacer una cola de 1 km para pedir una empanadilla. Que tú dices, ¿qué pasa, que nadie tiene clase? Luego te asomas a una de las clases y ves al profesor y a dos tíos con gafas en primera fila.
Bueno, lo de ir al bar es una opción a tener en cuenta. Tampoco hay que ser tan freaky como para ir a clase el primer año. Aunque tampoco hay que abusar, que luego acabáis la carrera con treinta y dos años y tampoco es eso.
Bueno, supongo que en un momento como este esperáis algún consejo para la vida, alguna recomendación para que nada os duela en el futuro y para que todos podáis montar vuestras empresas y haceros ricos y famosos.
Veo, por cierto, que muchos habéis desechado muy rápidamente la idea de haceros profesores. Me pregunto por qué. Con la de cosas buenas y útiles que se aprenden en el instituto. ¿Qué sería de vosotros sin esos problemas de matemáticas o de física que tanto os van a ayudar en la vida?. Os pongo un ejemplo, por si no os acordáis. Un tren sale de A hacia B a una velocidad X, y no sé qué más de otro tren. Pregunta: ¿Cuánto tardan en cruzarse?
Y digo yo, ¿qué más da el tiempo que tarden en cruzarse los dos trenes?. Lo importante será saber a qué hora sale mi tren, para no perderlo, o saber qué tren he de coger para ir a dónde de verdad quiero ir, aunque eso de saber dónde se quiere ir es más complicado. Pero tranquilos que enseguida llega la ayuda. Porque hay muchos que no saben dónde van y cogen el tren que va más lleno, o el que no hay revisor, o cosas así. Veo que muchos habéis cogido ya el cercanías. Es que esto de los trenes es rollo metáfora, por si no lo habíais pillado. ¿Los padres, bien? Es que aquí estamos acostumbrados a que vuestros hijos no nos entiendan. Pero vosotros sí, ¿no? ¿Me seguís, entonces? Muy bien.
Bueno, el caso es que la escuela está llena de cosas útiles y claras. O si no cuando os dicen eso de “has de ser tú mismo” y pensar por ti mismo. Vamos que, haz caso a los padres, haz caso a los profesores, cumple tu horario, ve a clase, estudia, no salgas todos los días, cuelga ya el teléfono, no bebas tanto hijo, elige la carrera con más salida, ponte guapo en tu graduación, no querrás ir hecho un guarro. Eso sí, sé tú mismo. Haz todo esto que te digo, pero hazlo por ti mismo.
Qué fácil es aconsejar, pensaréis. Bueno, pues yo no quiero caer aquí en hipocresías y os voy a decir, de verdad, cómo se hace eso de ser uno mismo. Además, en forma de diez consejos claros y sencillos de seguir.
Aquí hay que estar abierto. “Open your mind” ese es el lema de hoy, ¿eh? ¿Los padres? ¿Sí? Vamos allá.
1. Entre dinero y vocación, elegid vocación, siempre. Luego si os hace falta dinero alguna vez no me llaméis porque yo también elegí vocación.
2. En la medida de lo posible no veáis la tele. En esto hay que ser tajantes.
3. La aventura es algo a lo que siempre hay que decir que sí, tengamos la edad que tengamos. Si es con amigos mejor. Si es con amigos y amigas mejor aún.
4. (Este es importante para vosotros). Si de verdad te gusta alguien, no le hagas perdidas, llámale. Y menos aún le mandes zumbidos de esos, del messenger. Hay otras maneras más románticas de fastidiar a alguien.
5. (Este es serio). No os preguntéis qué esperan los demás de ti. Es muy fácil acabar haciéndolo. Preguntáos mejor en qué queréis convertiros.
6. En cuanto tengáis la ocasión, haced algo absurdo y que no sirva para nada, como por ejemplo quitaros los zapatos cuando os estén presentando a los padres de vuestra novia o novio. O también se puede estudiar cosas que no entren para el examen. Veréis qué sorpresa eso de aprender por aprender.
7. Cambiad el sentido común por el sentido del tacto. (Este es profundo ¿eh?) Esto no quiere decir que vayamos por ahí tocando a la gente, que también. Quiere decir que es importante probar las cosas, experimentarlas, antes que dejar que te las cuenten o pensarlas con prejuicios.
8. Si todavía no sabes qué coleccionar, no lo pienses más: libros. Es la única manera de seguir creciendo.
9. Nunca elijáis a las personas por su aperiencia, o por cómo visten, sino por cómo son por dentro. Aunque también es importante saber si tienen coche o piscina. No nos engañemos.
10. Y por último, aunque yo lo he dicho en clase para provocaros, no pronunciéis nunca la frase esa de “es que los amigos se acaban por perder”. Eso es el principio de todo lo malo que os puede pasar. Hay pocas cosas que dan estabilidad a la vida, y una de ellas es la amistad. La otra es el trabajo siempre que no seas profesor.
En fin, si seguís estos consejos al pie de la letra seréis vosotros mismos, como siempre habéis querido. Estaréis sólos y pobres pero tendréis personalidad. Y si además tenéis piscina me llamáis, ¿eh?
Bien, y para terminar, simplemente deciros en nombre de todos mis compañeros que gracias por esas dos clases agradables que hemos tenido con vosotros este año. Y perdón en nombre de todos, por los problemas de trenes.
Bueno, ahora en serio, creo que hablo en nombre de todos si digo que gracias a alumnos como vosotros ser profesor es una de las mejores maneras de levantarse cada día. No sé por qué se ríen mis compañeros de delante.
Hacedme un último favor y recordad bien esto: No hay más vida que la que vosotros imaginéis. Tenéis que inventaros vuestra propia vida. En esto, como en los exámenes, no vale copiar. Tenéis que despertar al Quijote que hay dentro de vosotros y salir en busca de aventuras y de la vida que siempre habéis soñado. No os conforméis con la que creéis que os ha tocado. Si vosotros mismos, como el Quijote, no os inventáis vuestros propios gigantes serán los demás los que os acaben viendo como enanos.
Bueno, y poco más. Que, aunque no hace falta que lo diga, porque lo sabéis de sobra, no me puedo resistir a decirlo en voz alta: Os voy a echar de menos, chicos y chicas. Sí, a los chicos también.
Y aunque he dicho al principio que me alegraba de estar aquí arriba, creedme si os digo que preferiría estar ahí abajo, aunque sólo fuera por teneros como compañeros.
Mucha suerte en todo y muchas gracias.