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domingo, 21 de enero de 2007

Todos somos chinos


El profesor Milton, viajero incansable y estudioso de la raza humana, ha llegado a la sorprendente conclusión de que todos somos chinos. Chinos mandarines, cantoneses, amantes del kung-fu o freakis disfrazados de Elvis, la sorprendente verdad es que dentro de cada uno de nosotros hay un chino que nos recuerda que todos somos iguales.
Por mucho que nos empeñemos en tener pasaporte y en ser canadienses, argentinos, rusos o españoles, si nos miramos por dentro de la camiseta y por debajo del color de la piel, no veremos más que un chino, un pequeño chino oculto, dialogante, expresivo, abierto y humano.
Apoyado por siglos de investigación, y cansado de las guerras y las alambradas, el profesor Milton -mi alter ego- describe al chino que llevamos dentro como un chino con rasgos africanos y acento europeo. Si se le conoce bien, se trata de un ser modesto, alegre, dispuesto a compartir, amante de las costumbres locales y de los distintos dialectos del idioma humano. Nada mejor para nuestro chino interior que saltarse las fronteras, que hablar con gestos, que entenderse con cualquiera.
A los chinos que somos en el fondo nos gusta jugar al juego de ser universales, de borrar naciones y de dibujar personas. Nos gusta tener los amigos repartidos y los elegimos por las ideas que tienen, no por las palabras que usan para decirlas. Se sabe que todos somos chinos porque todos sufrimos por lo mismo, porque a todos nos gusta lo mismo, porque nos duele que nos señalen como diferentes y porque las puertas cerradas son un mal rollo a evitar entre todos. Y ya hay demasiadas puertas cerradas con nombres de naciones, lenguas, nacionalidades o clases sociales.
Suerte que el chino que somos en el fondo siempre tiende la mano a cualquiera y su última palabra es un saludo.

Vicente Abril

8 comentarios:

Teacher Cristina dijo...

Tu siempre tan tuyo.. y siempre tan en lo cierto. Me ha gustado este log, si señor.

Ya hacia tiempo que no te dejaba ningún comentario y hasta me daba verguenza.. (aunque no te suela dejar comentarios no es porque no me digne a entrar, simplemente, prefiero ser una más y observarte desde el silencio) Me he acabado dando miedo a mi misma...

Nos vemos en Portugal, digo... en clase! Cuidate y hasta pronto.

Por cierto, el viernes sufrí al no poder disfrutar de una de tus clases.. lo pasé francamente mal.

Eva dijo...

ola! No se como te aclaras para escribir tanto en tu blog! Yo hace semanas que quiero poner una nueva entrada y no se de qué.
En cuanto a lo de que todos somos chinos... si todos fuesemos como tu describes seria lo mejor, pero por desgracia creo que gran parte de la humanidad tiene a ese chino retenido en su pequeño cerebro (que por supuesto solo utiliza para retenerlo, nunca para pensar).
Pero por otra parte, si todos fuesemos así, los que dejan al chino libre en su interior, no tendrian la oportunidad de liberar a otros chinos, pertenecientes a otras personas, y así liberar al cerebro de estas para que puedan pensar.
Personalmente, creo que mi chino interior está bastante libre. Lástima que en clase hayan pocos libres...
Nos vemos en clase!!

Anónimo dijo...

Creo que estoy completamente de acuerdo contigo. Pero veámoslo desde el punto de vista crítico, real y doloroso. Al ser todos iguales, todos somos la misma persona. Fríos, calculadores, distantes. Queremos manipular a la gente para al mismo tiempo sentirnos manipulados. Es nuestra naturaleza, nuestro intinto animal. Lo único que pasa es que un buen día se nos ocurrió ponernos una careta donde escondiesemos la verdad y nos aterrorizaramos de ella. La llamamos personalidad y actuamos sobre ella, avanzándola día a día, hasta que uno de esos días ya mencionados descubrimos la verdad...y creamos nuestro alter ego...¿Verdad?

No lo he dicho antes. Verás, soy "aquélla" anónima. La que se siente aludida. Y créeme, me gusta el cruel juego de mantenerme escondida dentro de los límites del maravilloso anonimato, tras una pantalla de ordenador. Fría, calculadora, distante. Otro alter ego. Un juego instintivo. Que no es cruel, es real. Recuerda la cancion de Sweet Dreams.

Bienvenido al juego.

Anónimo dijo...

Ningun dia mejor que este para hablar sobre los chinos... esos pequeñitos que te alimentan por 5,25€ y que no saben sumar...una verdadera maravilla de la creación! El profesor Milton me supera, es demasiado!Supongo que lo que lo convierte en un hombre de ideas brillantes es la desesperacion que le produce no encontrar esa maldita palabra, lo que le obliga a concentrarse en otros temas para no volverse loco, y despues de tanto filosofar llega a conclusiones tan acertadas como estas... espero llegar a conocerlo algun dia, quizá pueda resolverme algunas dudas que me rondan por la cabeza desde hace tiempo y que ni siquiera el mejor de los profesores de etica me ha podido responder.. Ojalá todos descubramos pronto al personaje de ojos rasgados, pelo oscuro y piel blanquecina que nos despierte... y ojala intente comunicarse con los demas chinos para intentar hacer las paces de una vez... ojalá no se deje corremper por los que aún tengan al chino escondido y pueda hacerse escuchar...hasta entonces, supongo, seguiremos odiandonos y haciendo lo posible por intentar joder la vida a los demas...

www.potserquisap.blogspot.com

vicente abril dijo...

A mi querida "aludida":
Escucha, mi pequeña loquita. A mi también me gusta jugar, pero si me escribes una vez al mes y no me das pistas, aquí no se divierte nadie. No digo que salgas del anonimato que tanto te gusta, pero dame alguna pista para que, digamos en verano, ya sepa quién eres y podamos quedar en una cafetería anónima para hablar de todo esto.
Venga, piénsate las pistas y no me digas mentiras. A ver si jugamos bien. Un beso.

Maria Llidó dijo...

Aquí yo quería volver al tema de los chinos (cada cual con su tema), y es que hoy me han dado una respuesta, y como toda buena respuesta ha llegado sin presentarse y sin necesidad de buscarla. Me han dicho que el mundo es una cuestión muy sencilla. Si una afirmación así proviene de una fuente de lo más fiable, un índigo, no tendré más remedio que darle un par de vueltas y a pesar de los años transcurridos, empezar a pensar que es una afirmación acertada.
El mundo, y quien dice "el mundo" dice también "los chinos", no es tan complicado. A partir de este principio voy a preguntarme por qué lo encuentro tan vasto, complejo y extraño (extraño como todo aquello que no pertenece a uno mismo y que no se llega a reconocer como propio). Entonces encuentro la primera bifurcación: Hacen falta grandes dosis de sinceridad para ser chino.

Anónimo dijo...

Y por qué hay ciertos individuos que te pegan un tiro por un trozo de tierra de la cual dicen ser propietarios? Y por qué hay otros individuos que los entienden? Cómo pueden existir seres humanos a los que les importe una mierda la vida de personas iguales que ellos? Y por qué los que no compartimos esa idea somos tan memos de ponérselo fácil en lugar de pararlos? "Que te pones enfermo? Ale, al hospital. Igual te mandamos a casa y todo para que te pongas mejor y así poder cargarte otros 25". Debería sentirme mal al no darme lástima ese etarra que se muere de hambre? Ellos no entienden que todos somos chinos. Y mucha gente tampoco.

Anónimo dijo...

Ola otra vez.ya se q pensaras kien es esta tia i q ace dejandome un comentario xo yo te lo digo soi de ribesalbes el pueblo mas problematico de todo casteyon...soi una friend de thais tu alumna i ma dixo ek eres un crak y q te ponga algo xo ke me modere i lo stoi intentando.Ske yo stoi firmando en tos los laos dnd puedo ma entrao "moniyo"weno pues nada q e visto tu video tokando la guitarra i q e parece bien i ke te pareces muxo al ablar a mi maestar de etika es mui pensadora eya i eso,,,weno adios